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sábado, 27 de julio de 2013

Crítica de "Mágico Rock", de Tatiana D'Agate, con música de Luis Alberto Spinetta

Crítica de Mágico Rock

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2013 (Teatro SHA).

Calificación: 7/10


¿De qué se trata?: Ana es una abogada muy dedicada y responsable, que vive muy estresada. Encuentra paz y felicidad al cuidar de sus plantas. Sus amigos (¿invisibles?) de la infancia, Beto, Hada y Duende, angustiados porque Ana ya no juega con ellos, buscarán volver a acercarse a ella. Utilizarán su magia para generar un acercamiento propicio y tratarán de transformarla a través de la música.

El punto fuerte de la obra: Marisol Otero. Es innegable su solvencia para el género del musical, donde se mueve comodísima. Incluso, en la función a la que asistí, supo disimular su resfrío e integrarlo a la historia, y no se notó mientras cantaba. Es valioso que una muy buena cantante como ella se acerque a una propuesta infantil, porque demuestra la seriedad con que se toma a ese público. Sus canciones reciben un aplauso fervoroso de los espectadores. En lo actoral, transmite acertadamente y con calidez el proceso de transición que sufre Ana a lo largo de la obra (de la desesperación a la liberación), con una cuota de necesario carisma y complicidad, manejando bien el humor.
De paso, comento que su nuevo CD, Musicales on the Rocks, es excelente.

Está bien secundada por Martín Spicki (Beto), Carla Maili (Hada) y Luciano Rosini (Duende), que también tienen oportunidades para destacarse en lo vocal. Apelan a la exageración y al humor físico, algo que los chicos festejan.

La dirección es de Valeria Abrosio, que tiene mucha experiencia en hacer obras con canciones compuestas con anterioridad. Demuestra entender al público infantil, que se entretiene e involucra con la trama y celebra las canciones, además de reírse en algunas oportunidades. Durante el bis del final, utiliza un muy buen recurso, que los chicos adoran.
El libro de Tatiana D’Agate plantea una buena historia para desarrollar el universo creativo y delirante de Spinetta. Hay que remarcar que es muy simple (y predecible), aunque los chicos se interesan por ver qué le sucede a Ana, así que fue astutamente hecho con ellos en mente. Las alocadas y creativas canciones de Luis Alberto “el Flaco” Spinetta le dan relieve al relato, y los padres y los niños se muestran agradecidos por ellas. D’Agate supo establecer una conexión entre la música y la historia, aunque a veces sea de forma débil. Lo que sucede es que es difícil manejar la rica poesía de Spinetta en un contexto infantil. Por eso, el guión no es lo más importante en esta obra, pero prvee una anécdota lo suficientemente sencilla como para dejar que las canciones abran paso al juego y a la transformación de Ana. Suenan “El anillo del capitán Beto”, “Ana no duerme”, “Seguir viviendo sin tu amor”, “Muchacha ojos de papel”, “Rutas argentinas”, “Barro, tal vez”, “Quedándote o yéndote”, “Alma de diamante”, “Dulce 3 nocturno”, “Toda la vida tiene música hoy” y “Despiértate, nena”. Es verdad, hay limitaciones para explorar dentro de ellas, pero su inclusión en la trama se justifica por lo que representa para la protagonista abrirse a la música y porque es una forma de comunicarse entre los seres fantásticos y Ana. En efecto, parece que en las canciones de Spinetta está la verdadera magia de Mágico Rock. Sólo a través de ellas Ana puede reflexionar sobre su identidad.
Hay, también, bienvenidos guiños hacia los adultos, relacionados, por ejemplo, a las telenovelas colombianas, al Tubby 4 y al Facebook (lo que me recordó, al margen, que Marisol Otero nunca me aceptó como amigo en Facebook, pero la sigo apreciando).
En fin, el libro es accesible para chicos de distintas edades. Y si no entienden el significado de la palabra “corrupto” y deben preguntar a sus acompañantes, estos tendrán muchos ejemplos para proveerles.

La escenografía de Ana Repetto (el espléndido jardín de la casa de Ana) es sumamente atractiva. El vestuario de Gustavo Alderete y la caracterización de Lucila Reche son trabajos muy correctos y vistosos.
La coreografía de Vivi Wlosko suma algunos momentos divertidos, permitiéndole seguir jugando a los artistas.
La iluminación Alejandro Velázquez es adecuada para generar distintos climas, contribuyendo también a mostrar el cambio en la vida de Ana.
La dirección musical es de Javier López del Carril y Lisandro Etala.

En resumen: Un musical que busca innovar a partir de las posibilidades que le brinda la delirante música del “Flaco” Spinetta, partiendo de una historia simple y accesible a todos los chicos. Valeria Ambrosio logra que los niños estén en contacto con el rock nacional y lo disfruten (junto con los adultos). Marisol Otero tiene una fuerte presencia escénica y refleja el cambio de su personaje con su carisma y su voz. Martín Spicki, Carla Maili y Luciano Rosini transmiten diversión. La escenografía es sumamente destacable. La obra fomenta la imaginación y deja un lindo mensaje: ser auténtico es el camino de la felicidad.

Fotos: https://www.facebook.com/magicorockmusical



Más información:
Dirección: Valeria Ambrosio.
Teatro: SHA (Sarmiento 2255).
Duración: 1 hora y 15 minutos.
Funciones: domingo 28 a las 17hs. despedida.
Entradas: $120.
Promoción: 2x1 con Club La Nación.


Nota: Al ser infantil, la nota asignada a la obra obviamente tiene en cuenta el público principal al que se dirige la propuesta.

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