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domingo, 18 de mayo de 2014

Crítica de "Solteritas y sin estrenar", de Héctor Presa, Alberto Drago y Diego Lozano

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Solteritas y sin estrenar

Buenos Aires, Argentina.
Temporada 2014 (Teatro Molière).

Calificación: /10


¿De qué se trata?: “Liliana Pécora y María Rosa Frega se ponen en la piel de Tina y Mecha, las hermanas Palomeque, jubiladas docentes, hijas sufrientes, solteronas ellas, que están acompañando las últimas horas de vida de su padre. Mientras atraviesan este duro trance, sacan a la luz todas las miserias por las que pasaron a lo largo de sus vidas por culpa de una figura paterna por demás castradora. La relación entre las hermanas, los celos, las envidias y el recuerdo de un amor frustrado (Roque Pasaciuffo) son los condimentos de esta comedia musical que trata con un humor ácido y directo las interrelaciones familiares”.

El punto fuerte de la obra: la química entre Liliana Pécora (Tina) y María Rosa Frega (Mecha, aunque Roque diga lo contrario). “Siempre juntas”, por supuesto.
Pécora y Frega poseen múltiples recursos para la comedia, y realizan un trabajo ejemplar en cuanto a lo que tiene que ver con hacer propio el texto. No se limitan a decir sino a sentir sus líneas con el cuerpo, los gestos, las pausas y la entonación de la voz. Así, contornean dos personajes irreverentes... y no obstante bastante cercanos,  pues parte del secreto de que nos riamos con ellas es que varias de sus actitudes o formas de hablar o reaccionar nos recuerdan a las de otras personas que conocemos. Por eso, junto con el trabajo de composición hubo otro de observación.
Pécora y Frega se entienden y se complementan, de forma que su relación como hermanas es creíble. Por eso, pueden interactuar con desparpajo y manejar un buen timing, además de hacer la obra más dinámica. También, ocasionalmente, toman la precaución de mirar sólo al público para transmitir algunos de sus pensamientos individuales.

¡Ay, Tatita!

La dirección del experimentado Héctor Presa propone una abierta teatralización de la realidad. Con esto me refiero a que el planteo se acerca muchísimo más al absurdo que al realismo. Las protagonistas son melodramáticas e histriónicas (por momentos, parecen caricaturas). Según lo que les toque decir, van acelerando o disminuyendo la velocidad con la que hablan o el peso que le dan a cada palabra con la voz y los gestos. Más allá de satirizar a muchas mujeres que se comportan como si estuvieran en las tablas hasta para comprar pan, esto exacerba el efecto humorístico de la pieza. Además, las apariencias juegan un rol importante en la historia.

¡Ay, Tatita!

El divertido libro de Héctor Presa y Alberto Drago está salpicado de humor negro, doble sentido y recurrencia continua a algunos gags y frases. Esta repetición no es fruto de la falta de creatividad, sino que define parte de la forma de ser de los personajes.
Quiero destacar la escena de “A la huella, a la huella” y aclarar que el texto está basado en la obra “Se me murió entre los brazos”, de Drago.

¡Ay, Tatita!

Como letrista, Presa sigue confiando en que no es necesario subrayar para hacer reír. Por eso, deja casi al pasar frases humorísticas en sus versos, que están cantadas de la misma forma que el resto de la canción, pero que el público decodifica rápidamente como algo disparatado.
Julia Eva Saggini y Gabriela Fourcade interpretan una versión joven de Tina y Mecha, en lo que resulta ser una interesante idea de la dirección de Presa. Yo considero que su razón de ser es reforzar la idea de unas mujeres aniñadas, a las que les cuesta dejar atrás su pasado y, por momentos, siguen relacionándose con su padre como si tuvieran 10 años. Probablemente, esto tenga que ver con el hecho de que permanecen “solteritas y sin estrenar”.
Por cierto, el vestuario de Lali Lastra, orientado al luto, repite un detalle en el álter ego de cada mujer para que podemos identificar quién es la versión joven de quién.

¡Ay, Tatita!

El punto es que Saggini y Fourcade son las únicas que cantan en la obra, y lo hacen con dulzura. Se mueven un poco encorvadas, haciendo énfasis en la idea de que son el espíritu joven que está atrapado en el cuerpo de las protagonistas. Mecha Fernández montó una coreografía con momentos de comicidad, y aprovechó la gestualidad de Pécora y Frega para traducirla a los momentos de baile. La música de Diego Lozano también marca el pulso de lo tragicómico, y prolonga la complementariedad entre las dos mujeres que se ve en el texto (véase, por ejemplo, que hablan por teléfono de la misma forma que cantan por teléfono).

¡Ay, Tatita!

Completa el elenco Claudio Provenzano, en el doble papel del padre de Tina y Mecha y el de Roque, un italiano al que estas dos “le arrastraban el ala” en su juventud. Presa, con dos marcaciones distintas, resolvió muy bien la transición entre ambos.
Provenzano logra integrarse al estilo que manejan Pécora y Frega.

¡Ay, Tatita!

Así que dejá de pelear con tu hermana e invitala a ver “Solteritas y sin estrenar”-

En resumen: Héctor Presa y Alberto Drago manejan el humor negro, el doble sentido y la repetición con soltura en una comedia cuyo peso recae en la química entre dos actrices con múltiples recursos para el género: Liliana Pécora y María Rosa Frega.


Más información:
Dirección: Héctor Presa
Asistente de dirección: Angie Otero
Producción: Juan Iacoponi y Héctor Presa
Mecha cantante: Julia Eva Saggini
Tina cantante: Gabriela Fourcade

Prensa: Walter Duche – Alejandro Zarate

Teatro: Molière Teatro Concert (Balcarce 682). Reservas: 4343-0777
www.moliere-cafe.com / teatro@moliere-cafe.com
Funciones: sábado 20:30 hs.
Duración: 1 hora y 5 minutos
Precio de las entradas: $160

Promoción: 2x1 con Club La Nación

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