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sábado, 7 de febrero de 2015

Crítica de "Caprichos deliciosos", de Darío Bonheur

Categoría: OBRA MUSICAL

Crítica de Caprichos deliciosos

Buenos Aires, Argentina
Temporada 2015 (La Biblioteca Café, 2º temporada)

Nivel: /8 


¿De qué se trata?: Una cantante y un pianista que comparten el escenario y la intimidad desde hace nueve años le cuentan su historia al público, de la mano de canciones de películas (en su mayoría, musicales).

El punto fuerte de la obra: la voz de Marisa Ini.

“¿Quién podría pedir algo más?”, dice el estribillo de esa eterna canción de los hermanos Gershwin llamada “I Got Rhythm” (que, como creo haber mencionado anteriormente, siempre me hace sentir más feliz). Lo que la letra pregona no es conformismo, sino agradecimiento. Del mismo modo, uno podría preguntarse qué más se le puede pedir a un entretenimiento redondo como el que brinda Caprichos deliciosos. La respuesta del público parece ser “nada más”, porque el show cumple con su cometido de crear una noche agradable (y, de hecho, el único pedido que se oye una vez terminado es el famoso grito de “¡Otra!”). Entonces, solo queda el agradecimiento.

Marisa Ini lleva adelante este espectáculo con total comodidad y desparpajo, asumiendo un papel de cantante mandona y orgullosa, pero con gran amor por su profesión. Desde el comienzo, traba una relación fluida con los espectadores. Camina entre ellos, les hace confesiones sobre su vida personal y canta las canciones que marcaron su romance “de película”. Además, pone el leguaje gestual y corporal al servicio de su histrionismo, le da a cada paso de comedia la intencionalidad que requiere y aprovecha la coreografía de Nadia Rash para seguir acentuando el humor (por ejemplo, durante la canción “Dance: Ten; Looks: Three”). Pero nada de esto serviría si no tuviera una de esas voces propias del jazz, con la que juega para enriquecer sus interpretaciones. Los tres números que más me gustaron fueron la citada “I got rhythm”, “Show me” (Mi bella dama) y “Maybe this time” (Cabaret).

Ya he expresado alguna vez que, contrariamente a lo que uno podría pensar, una buena forma de testear la química entre dos actores es ver cómo llevan adelante una escena de enfrentamiento. Ini encontró esa complicidad en el arreglador, pianista y actor Rubén Mónaco, que se pone en la piel de su socio artístico y marido (sus personajes llevan nueve años de casados). Sus intercambios resultan ser los momentos más graciosos, aunque hay que decir que el autor del libro y director Darío Bonheur no perdió de vista en ningún momento el tono de la comedia. Volviendo a Mónaco, su solo de piano (“Clair de lune”, de Debussy) despierta entusiastas aplausos, al ser una canción de cierta complejidad rítmica.

La historia es muy sencilla, por eso la atención está puesta en el humor y en cómo hilvanar las canciones (algo que está bien logrado porque cada una marca un clima, en sintonía con el momento que atraviesa la relación). Así y todo, últimamente es poco frecuente que el teatro musical trate la relación de una pareja adulta, y esto es un punto a favor de Caprichos deliciosos.
Cada semana, el espectáculo cuenta con un invitado distinto. En la función que presencié, fue de la partida Pepa Luna, una artista española a quien ya había visto en la notable puesta de Bodas de sangre que debutó el año pasado en El Método Kairós. Con una simpatía innegable y una voz limpia, cantó dos canciones de su disco, De Madrid a Buenos Aires (se puede escuchar en Spotify). Ya está confirmada la presencia de Claudio Gallardou en la función del jueves 12 de febrero.

Solo resta hablar de las otras protagonistas de la obra: las deliciosas canciones de películas elegidas para narrar la historia. En su mayoría, se trata de canciones de películas musicales (Yentl, Victor Victoria, Cantando bajo la lluvia) o de films basados en obras musicales (Cabaret, La tiendita del horror, Mi bella dama, Chicago). Sin embargo, también hay espacio para inolvidables temas de Notting Hill y Butch Cassidy. Si los espectadores no están familiarizados con estas películas, se dejan llevar por las acertadas adaptaciones al castellano de Eduardo Marcos.  En cambio, para los que las vimos todas las cintas (o para los que vieron algunas), estas maravillosas melodías disparan imágenes en nuestra mente, paralelamente a lo que se cuenta en escena, remitiendo tanto a los films como a los musicales que le dieron origen. Así, desde las primeras notas de “Somewhere that’s green”, de La tiendita del horror, vuelve a la imaginación la ingenua y soñadora Audrey y luego, como ella, empiezan a poblar La Biblioteca Café otros personajes: unos bailarines audicionando; Eliza Doolittle enojada con las palabras románticas; tres amigos que buscan sobrellevar la transición del cine mudo al sonoro; Barbra Streisand, con pelo corto y anteojos, y Julie Andrews con traje y gomina, ambas tratando de parecer hombres… y uno sonríe agradecido por poder atesorar estas historias.


Nota: Los espectadores están citados a las 21 hs. para empezar a comer o tomar algo. El derecho a show cuesta $80, y además se debe hacer una consumición mínima de $80. Si no, se puede optar por la Cena Show, que cuesta $230.

Más información:
Lugar: La Biblioteca Café (Marcelo T. de Alvear 1155)
Reservas: 4811-0673 / 4815-8156 – info@labibliotecacafe.com.ar
Funciones: jueves a las 21 hs.
Duración: 1 hora y 20 minutos (sin contar el tiempo establecido para cenar)
Facebook: Caprichos deliciosos. Musical

Libro y dirección: Darío Bonheur
Intérprete: Marisa Ini
Arreglos musicales y piano: Rubén Mónaco
Puesta coreográfica: Nadia Rash
Fotografía: Gerardo Serre
Versiones al español: Eduardo Marcos
Diseño de programa: Miguel Lascano
Prensa: Laura Brangeri – LBB Prensa
“Gotas de lluvia sobre mí”/“Cantando bajo la lluvia”: creación y arreglos de Oscar López Ruiz

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